Rafael Louzán, pese a la condena de siete años de inhabilitación para ocupar cargo público por prevaricar, y su plan B, el extremeño Sergio Merchán, ha presentado este martes unos 55 y unos 25 avales respectivamente para reafirmar su candidatura a las elecciones de la presidencia de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). Lo que no esperaban era que el valenciano Salvador Gomar diera un paso adelante y lograra otros 25 avales, cuando se necesitan 21 para optar a ser candidato. Louzán y Merchán van de la mano por si el Consejo Superior de Deportes (CSD) impide al primero presentarse al considerar que este no puede presidir la federación por la condena que pesa sobre su figura. La sentencia no es firme, está recurrida ante el Tribunal Supremo, que la abordará el 5 de febrero, pero el CSD considera inadmisible que un condenado por prevaricar en las reformas de un campo de fútbol sea digno de representar al fútbol español. Además, los estatutos federativos juegan en contra de Louzán. En el artículo 19.4 se dice que no pueden formar parte de los órganos federativos personas inhabilitadas para ocupar cargo público. De ser elegido presidente, si el 5 de febrero el Tribunal Supremo ratifica la condena, la federación se vería abocada a unas nuevas elecciones. Otro bochorno y algo que la FIFA podría interpretar como motivo suficiente para intervenir la RFEF, según advierten fuentes del CSD. Antes de actuar, Rodríguez Uribes y los servicios jurídicos del CSD mantuvieron conversaciones con la FIFA para asegurarse de que no incurrían en ningún tipo de injerencia gubernamental y que la organización del Mundial 2030, compartida con Marruecos y Portugal, tampoco corría peligro.. Seguir leyendo. Juanma Morales y Gerardo González chocan con la endogamia del sistema. El empresario madrileño Juan Manuel Morales conocía de antemano por las consultas que había hecho que sería complicado lograr el apoyo suficiente entre los barones de las territoriales para presentar los 21 avales necesarios que permiten presentar la candidatura a presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). Se rodeó de exfutbolistas como David Silva, Luis Milla y de las y las exinternacionales Virginia Torrecilla y Amanda Sampedro y elaboró un programa renovador con 200 propuestas. Confiaba en que convencería a más de un presidente de territorial para obtener los avales. Sin embargo, ayer se despidió de la carrera electoral con una nota de prensa politicamente correcta. Nada que ver con lo que realmente se ha encontrado, un sistema endogámico que recela y no quiere candidatos externos por si acaso los barones pierden sus privilegios. En su escrito Morales emite una crítica contra LaLiga y el sindicato de futbolistas (AFE) por optar por no avalar a nadie, aunque en el caso de Louzán, este cuente con el apoyo de la patronal. “Me gustaría reflexionar sobre si mantener una pretendida neutralidad a la hora de no avalar a ningún candidato lo que, en realidad provoca, es favorecer la continuidad del pasado e impedir el acceso a dichas elecciones a nuevas propuestas de cambio”, se lamenta Morales. Gerardo González, exsecretario de la RFEF, también se ha topado con la endogamia del sistema y la negativa de AFE a avalarle.
El barón valenciano presenta 26 avales por sorpresa y es candidato a dirigir la RFEF ante sus dos oponentes
Rafael Louzán, pese a la condena de siete años de inhabilitación para ocupar cargo público por prevaricar, y su plan B, el extremeño Sergio Merchán, ha presentado este martes unos 55 y unos 25 avales respectivamente para reafirmar su candidatura a las elecciones de la presidencia de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). Lo que no esperaban era que el valenciano Salvador Gomar diera un paso adelante y lograra otros 25 avales, cuando se necesitan 21 para optar a ser candidato. Louzán y Merchán van de la mano por si el Consejo Superior de Deportes (CSD) impide al primero presentarse al considerar que este no puede presidir la federación por la condena que pesa sobre su figura. La sentencia no es firme, está recurrida ante el Tribunal Supremo, que la abordará el 5 de febrero, pero el CSD considera inadmisible que un condenado por prevaricar en las reformas de un campo de fútbol sea digno de representar al fútbol español. Además, los estatutos federativos juegan en contra de Louzán. En el artículo 19.4 se dice que no pueden formar parte de los órganos federativos personas inhabilitadas para ocupar cargo público. De ser elegido presidente, si el 5 de febrero el Tribunal Supremo ratifica la condena, la federación se vería abocada a unas nuevas elecciones. Otro bochorno y algo que la FIFA podría interpretar como motivo suficiente para intervenir la RFEF, según advierten fuentes del CSD. Antes de actuar, Rodríguez Uribes y los servicios jurídicos del CSD mantuvieron conversaciones con la FIFA para asegurarse de que no incurrían en ningún tipo de injerencia gubernamental y que la organización del Mundial 2030, compartida con Marruecos y Portugal, tampoco corría peligro.. Más información. La presidencia de la RFEF y el milagro de que el fútbol funcione. Las candidaturas de Louzán y Merchán se enfrentan además a las denuncias que Miguel Galán, presidente de la escuela de entrenadores Cenafe, presentará hoy ante el CSD para impugnar sus candidaturas. Fuentes del organismo gubernamental aseguran que están a la espera de las denuncias para elevarlas al Tribunal Administrativo del Deporte (TAD). Si es correcta, tal y como adelantó EL PAÍS, el secretario de Estado para el deporte, José Manuel Rodríguez Uribes, trasladará las denuncias de Galán al tribunal deportivo. También es posible que antes de que haya una resolución del TAD, la propia junta electoral rechace las candidaturas de Louzán y Merchán, aunque ambos están confiados en que esto no suceda. Sus grandes amenazas son el TAD y el propio CSD, que estaba dispuesto a elevar una denuncia entrando de oficio, como ya hizo con Luis Rubiales.. La denuncia de Galán contra Louzán será por vulnerar los estatutos federativos y la de Merchán por no respetar el principio de neutralidad. Este último fue el motivo por el que Ángel María Villar fue cesado en su cargo en 2017. Si las denuncias prosperan, Gomar puede resultar beneficiado de una carambola que tanto Louzán como Merchán trataban de evitar. Si ambos no pueden presentarse a las elecciones, el barón valenciano será proclamado presidente sin necesidad de que haya votación entre los 142 asambleístas. Las elecciones están previstas para el próximo 16 de diciembre.. Guerra cruenta. A Louzán no le ha importado poner en riesgo la imagen y la reputación de la federación, muy dañadas ambas en los últimos tiempos. Su ambición por ser presidente ha primado y también los intereses de los barones que le han apoyado o han permitido que cediera sus apoyos a Merchán. Este ni siquiera se ha manifestado en público para explicar por qué se presenta o para esbozar al menos cuál es su proyecto. Su preparación para asumir una hipotética presidencia de la federación es muy cuestionada por los barones contrarios a Louzán. A estos no les ha gustado que el gallego eligiera a dedo a Merchán como su delfín por si el CSD actuaba. Uno de ellos, el barón navarro, Rafa del Amo, ya advirtió a Louzán de que no podía avalarle por su condición de imputado y que tampoco lo haría con Merchán. Otros se negaron a cederle sus avales al extremeño porque le exigían que se presentara por su cuenta y peleara con apoyos logrados por él mismo y no porque Louzán compartiera los suyos.. La pinza que habían formado Louzán y Merchán con el fin de evitar que un tercer candidato no obtuviera los 21 avales necesarios ha saltado por los aires con la irrupción de Gomar. Este había renunciado el jueves pasado a la carrera electoral amedrentado porque le habían llegado rumores de que podían sacarle trapos sucios de su vida personal. Finalmente ha dado el paso cuando nadie lo esperaba. Si Louzán y Merchán no son inhabilitados y pueden presentar sus candidaturas, la guerra entre los barones estará abierta. Y todo apunta a que será muy cruenta.. Juanma Morales y Gerardo González chocan con la endogamia del sistema. El empresario madrileño Juan Manuel Morales conocía de antemano por las consultas que había hecho que sería complicado lograr el apoyo suficiente entre los barones de las territoriales para presentar los 21 avales necesarios que permiten presentar la candidatura a presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). Se rodeó de exfutbolistas como David Silva, Luis Milla y de las y las exinternacionales Virginia Torrecilla y Amanda Sampedro y elaboró un programa renovador con 200 propuestas. Confiaba en que convencería a más de un presidente de territorial para obtener los avales. Sin embargo, ayer se despidió de la carrera electoral con una nota de prensa politicamente correcta. Nada que ver con lo que realmente se ha encontrado, un sistema endogámico que recela y no quiere candidatos externos por si acaso los barones pierden sus privilegios. En su escrito Morales emite una crítica contra LaLiga y el sindicato de futbolistas (AFE) por optar por no avalar a nadie, aunque en el caso de Louzán, este cuente con el apoyo de la patronal. “Me gustaría reflexionar sobre si mantener una pretendida neutralidad a la hora de no avalar a ningún candidato lo que, en realidad provoca, es favorecer la continuidad del pasado e impedir el acceso a dichas elecciones a nuevas propuestas de cambio”, se lamenta Morales. Gerardo González, exsecretario de la RFEF, también se ha topado con la endogamia del sistema y la negativa de AFE a avalarle.
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