La expresidenta Michelle Bachelet (PS) realizó este jueves una autocrítica al progresismo, advirtiendo que, frente al «avance global de la ultraderecha», tiene la «obligación de repensar» de qué manera puede entregar «soluciones que sean efectivas y no sólo moralmente correctas«.
En su participación en el conversatorio «Riesgos y retos de la democracia», organizado por el Centro de Estudios para la Gestión, la otrora jefa de Estado alertóque «la ultraderecha hace cuestiones mucho mejor que nosotros (los sectores progresistas)«, entre ellas la cercanía con la ciudadanía a través de las redes sociales.
«Ahora yo quiero decir que la ultraderecha hace cuestiones mucho mejor que nosotros. Ellos están en redes sociales, en TikTok (…) El otro día un amigo me decía, ‘oye mi sobrina es fanática de ti, pero le encanta el TikTok de (José Antonio) Kast, lo ve siempre’», reflexionó la exalta comisionada de la ONU.
En esta línea, señaló que, aunque ella se considera «un dinosaurio tecnológico» y no ve ningún TikTok, entiende lo «importante» que puede ser llegar de mejor manera a la población por redes sociales.
«Las redes sociales tienen un lenguaje cortito, de inmediatez, que hace una dificultad, porque la dificultad, sobre todo para nosotros que queremos siempre razonar, explicar, argumentar, no son como los tiempos de ciertas plataformas. Entonces es muy bueno, es muy fácil para los populistas vender sus ideas ahí, porque son ideas cortitas, simples«, afirmó Bachelet.
En su opinión, «el mundo del progresismo usa poco esas claves, pero por sobre todo tiene que mirar y revisar y repensar en cuál va a ser la propuesta, la narrativa, el relato para las personas, porque las personas han cambiado fuertemente la sociedad chilena».
«Creo que desde el progresismo tenemos la obligación de repensar de qué manera podemos, guardando nuestro respeto a los derechos humanos, respeto al Estado de Derecho, pero a la vez hacernos cargo y tratar de buscar soluciones que sean efectivas, no sólo soluciones moralmente correctas, sino que puedan ser efectivas, que de verdad le mejoremos la vida a nuestros compatriotas», puntualizó la expresidenta.
«AVANCE GLOBAL DE LA ULTRADERECHA»
Otro punto que abordó Bachelet en el conversatorio fue el «avance global de la ultraderecha», advirtiendo que «en nuestra región, así como en nuestro país, la percepción histórica era que la democracia moría producto de golpes de Estado, y lo que hemos visto con una evolución en el último tiempo es que eso ya no es necesario que pase«.
Según consignó La Tercera, la exmandataria señaló que, aunque hay líderes que son electos democráticamente, «la democracia se debilita, porque una vez que llegan al poder hacen todo lo posible por erosionar y debilitar las instituciones democráticas«.
«Lo vimos en los casos de Brasil, Argentina y El Salvador, que no solo generan cambios institucionales, sino además ideológicos, en términos de terminar con una mirada que era un avance en la sociedad, de mirar de qué manera las distintas políticas públicas que podían incluir esa perspectiva de género y considerar también a mujeres y a hombres en la manera de llevar adelante las iniciativas», dijo la otrora autoridad.
CRÍTICAS AL SISTEMA POLÍTICO
Bachelet también tuvo una opinión critica de la actualidad del sistema político en Chile, lamentado que, en muchos casos, hay «electos candidatos por partido que deciden irse y siguen ahí sin alinearse a nada, haciendo lo que ellos quieren y no representan a nadie al final, porque alguien votó por ellos».
«Entonces quedan ahí y la verdad que eso genera poca capacidad de buscar acuerdos, de llegar a alianzas, porque muchas personas terminan siendo ellas mismas y no responsables por un conjunto de personas que creyeron, que confiaron en él y en lo que supuestamente su organización representaba«, analizó en el conversatorio.
Además, dijo que el país enfrenta «un proceso de polarización excesiva» con una «política tóxica» que «usa, insulta y no tiene respeto con los demás, porque se usan elementos personales en temas que debieran ser políticos y pensando en el país».
«Siento que aquí hay que hacer un llamado al mundo de la política, de que lo que necesitamos son liderazgos empáticos, no necesariamente liderazgos femeninos, sino que empáticos, es decir, que sean capaces de ponerse en los zapatos de la otra persona, de entender el dolor», cerró la expresidenta. (Cooperativa)